Ya lo he contado más veces, la casa de los abuelos es una estación de tren de 1890. Sólo espero que Simón pueda disfrutarlo tanto como yo lo disfruté de niña. Y encuentre tesoros en el desván, y salga corriendo cuando llegue el tren sólo para verlo pasar, mil veces, dos mil veces, tres mil veces nunca serán bastantes veces, y que recoja caracoles en la tapia y descubra tréboles de cuatro hojas, tantos, que no tenga páginas en sus libros para esconderlos todos.
4 comentarios:
Que genial una casa en una estación de tren!! Me sorprendió! Y encima se ve preciosa...
@EstrellitaPequeña muchas gracias!!! La verdad que es un lugar un poco mágico, suerte que aún sigue en pie y aún podemos disfrutarla!
He visitado tu blog y tienes unos dibujos preciosos, te felicito!
La infancia siempre debería estar poblada de tréboles de cuatro hojas y tener de fondo el sonido del tren, la promesa de un largo viaje.
Pero qué bonitas palabras! Muy buen fin de semana! @Anónimo
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