Acabo de volver de dar mi paseo matutino. Cada día de estos días, salgo después de la insulina y un yogurt con muesli a pasear por el barrio una hora. Aún hace fresco a mi hora. Aún no hay otras piernas a esta hora, si acaso porteros que riegan. Y furgonetas. Yo voy ligera, deprisa, cruzando las calles, sorteando los coches, girando en cualquier esquina y cambiando de rumbo hasta regresar a casa con el cuerpohormiga, y darme una ducha fría y sentarme un rato a escribir aquí estas líneas, que bien pudieran haber sido otras, pero son las diez y acabo de volver de dar mi paseo matutino, de cada día de estos días.
martes, 30 de julio de 2013
MAÑANAS DE GIRASOLES
Acabo de volver de dar mi paseo matutino. Cada día de estos días, salgo después de la insulina y un yogurt con muesli a pasear por el barrio una hora. Aún hace fresco a mi hora. Aún no hay otras piernas a esta hora, si acaso porteros que riegan. Y furgonetas. Yo voy ligera, deprisa, cruzando las calles, sorteando los coches, girando en cualquier esquina y cambiando de rumbo hasta regresar a casa con el cuerpohormiga, y darme una ducha fría y sentarme un rato a escribir aquí estas líneas, que bien pudieran haber sido otras, pero son las diez y acabo de volver de dar mi paseo matutino, de cada día de estos días.
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