No tuve otro remedio. El mini Mac había muerto definitivamente. Y aunque me he resistido casi un mes intentando todo tipo de trucos al final he tenido que ir a mirar portátiles y elegir uno. Aún me estoy acostumbrando. Y prefiero no pensar en el precio y el pedazo de viaje que me hubiera hecho a cambio...Pero era necesario, y bienvenido sea. Tengo una dura tarea ahora, recuperar todo lo que había en mi pequeña manzana mordida con la que he pasado los últimos 5 años, más o menos, ya no los cuento. Me asombra mucho escribir este post, nosotros que no tuvimos teléfono hasta el año 94!! y que venía el del bar a avisarnos a casa porque teníamos una llamada, y se nos saltaba el corazón por la emoción de saber que alguien preguntaba por alguno de nosotros, y tenía que ser importante. Siempre era algo importante.
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