
Puede ser, puede ser que ande yo sensible a las zalamerías en estos tiempos, sensible a las palabras bellas y a los versos. Demasiada realidad empacha y hay que soñar sentir querer sin tregua y seguir emocionándose cuando la noche apremia. No veo pues más revolución que la de la palabra para imaginar otros mundos posibles. Y no encuentro otra certeza más firme que la de sentirme dibujante de una trama. Sí, todo comenzó de una forma más bien atropellada un día once de diciembre por la mañana. Todo esto, esto y no lo otro.
O también puede que no...
Y yo venía a copiar estos poemas de Don Manuel, nada más
Tápate
tápate las metáforas, hace
un pequeño frío de pequeño invierno,
con un pequeño radiador, pequeño
tiempo para sentirnos juntos
menos solos
que solos habitualmente, menos sabios
para decir amor mío sin remordimientos
para creer haber sido elegidos
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por qué la nostalgia del paraíso
exige el sacrificio de un elevado tanto por ciento de
realidad
por qué la huida es el estado perfecto de los seres
que han intentado saber el nombre de cuanto les rodea
la intención de todo lo que hacen
en abismos que te dejan en las fauces del absoluto