domingo, 22 de mayo de 2011

UN DÍA COMO HOY. UNA PLAZA COMO ESTA.



imagen de El País


La utopía no es la aureola que colocamos sobre un mundo gris, sino la percepción realista del horizonte de posibilidades que atraviesan todo lo real. (...) Es preciso contar inexcusablemente con la actividad del sujeto revolucionario, capaz de enderezar el curso contradictorio del mundo en el sentido de lo mejor. Bloch quiere levantar un pensamiento orientado hacia el futuro, no como mera prolongación del presente sino abierto al novum, hacia lo aún no consciente, lo aún no llegado a ser.
Cuando el deseo de superación de un presente no cumplido accede a la razón, se produce la esperanza; cuando la esperanza se conjuga con las posibilidades reales, objetivas, florece la utopía. Utopía así no se identifica con la simple ensoñación, sino con la aspiración a una vida lograda.

Ética y Utopía (La aventura de la moralidad). Carlos Gómez.
El principio de esperanza. E. Bloch

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