miércoles, 20 de octubre de 2010

LA GEOMETRIA DE LO IRREGULAR






Era siempre más fácil pensar en formas simples, desde el principio, todo estaba preparado para deslizarse suavemente, la brisa dulce en la cara, tus pantalones gastados, el cine de los sábados...pero ese día apareció aquel tipo con su maleta y se sentó junto a la ventana, sólo eso. Se sentó, miró hacia la calle y en el mismo instante en que Mandelbrot moría en Massachusetts pasó un mechón de pelo por detrás de su oreja y aspiró profundamente el humo de su cigarrillo. Era extraño, pero parecía que todo el bar estuviera paralizado. Yo bebía despacio mi café mientras esperaba que volvieras del partido. Y entonces él sacó un lápiz y una navaja pequeña, diminuta, y comenzó a rascarlo, una vez, otra, lentamente, le daba primero aquí un tajo, ahora en el lado contrario, iba dándole forma apenas sin darse cuenta, pensando en algo, mientras imperfectas y minúsculas virutas saltaban en la mesita de mármol. No sé el tiempo que estaría absorta mirando sus manos, pero al despertar el corazón golpeaba fuertemente mi pecho y supe que ya no podría esperarte cada tarde, que todo entre nosotros era demasiado perfecto. En ese momento, lo imposible se volvió bello, lo fraccionario mejor que lo completo.

"Una curva fractal es infinita y a pesar de eso no llena de superficie alguna".

Desde niña había preferido las espirales a los círculos concéntricos... Me levanté y pagué la cuenta.


La vida empezaba y terminaba siempre en el mismo segundo.


Y en dos horas subiría a un avión rumbo a Varsovia.



Acerca de Benoit Mandelbrot

No hay comentarios: