martes, 27 de enero de 2009

FINES DE SEMANA



Me levanto y me imagino en otro sitio. En un lugar rodeada de árboles, en una cabaña, en un bosque. También allí hace mucho frío fuera. Es temprano. Salgo a por la leña. Entro corriendo, con la cesta cargada y las orejas congeladas. Coloco los troncos, los enciendo con una hoja de periódico y mientras se aviva el fuego, voy a prepararme el desayuno. Ya huele la sala a castaño crujiente y humo. Echo agua en el cazo, espero, lo miro y fumo. Dentro de muy poco estaré junto a la chimenea, enroscada en la butaca, tomándome un té y leyendo con una sonrisa a Walser. Sólo se escucha el viento, suave y helado.

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