martes, 21 de octubre de 2008

SUBLIMACIONES

He aprendido hoy, oh, ignorante de mí, una nueva palabra: SUBLIMAR. Hablaba el profesor acerca de Freud y comenzó a extenderse en la explicación, cuando me vino a la cabeza una cena en la que, sin saberlo, y mal que me pese, me pasé toda la noche sublimando, a saber: una ensalada de aguacate de primero, arroz con curri, dos chorizos criollos, tres crocretas, cuatro copas de vino, tarta de chocolate y dos chupitos. Sublimar, sublimé con ahínco.Al final terminé en casa sola. Eso sí, hinchada como un pavo y vomitando.

La sublimación es uno de los mecanismos de defensa de la psiquis, que consiste en cambiar el objeto pulsional, del deseo, del sujeto por otro objeto, desexualizándolo para hacerlo pasar a través de la conciencia, ya que todos nuestros deseos son reprimidos e instalados en el inconsciente. La sublimación es como una forma de engañar a nuestra consciencia para llevar a cabo el deseo sublimado. De esta forma se deriva el deseo y se realiza, o se intenta, por otro camino, como por ejemplo mediante tareas de prestigio social: arte, religión, ciencia, política, tecnología...

1 comentario:

Marta Sanuy dijo...

Yo también me lo paso muy bien contigo jajaja ¡Vaya sublimada eh!

Ya me gustaría a mi que sublimaras un poco con mi cabello de ángel, pero como me han metido en la cabeza que uno se puede matar con una mermelada mal embotada lo dejo.

un abrazo muy gordo y deja de irte eh.