EJERCICIO

Pruebe usted a subirse un día a un árbol, como Cosimo, y observe el mundo literalmente, por encima de sus cabezas. No se preocupe. No se inquiete. Sólo mire. Mire a los abuelos paseando, a las madres con sus niños, a la vieja encorvada. Mire a la chica de la falda corta. Mire a los taxis. Mire a esos jóvenes haciéndose un porro, a las parejas besándose y metiéndose mano, a los borrachos. Mire al mendigo cantando. Mire al muchacho de las gafas y al camión de la basura. Mire a los negros con su negrura. Mire al político, mire al preso. Mire a un tuerto. Vacíese y mire. Como si fuera niño de nuevo. Tierno. Déjese embriagar, no juzgue y mire. Aprenda dejándose llevar desde lo alto, a mirar el mundo no sólo con sus ojos, sino con todos los ojos. Pruebe.